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Elisa Oltra: "Buscamos secuencias virales 'dormidas' que el entorno puede activar"

  • jmsjulia01
  • 19 may 2023
  • 6 Min. de lectura

La investigadora de la Universidad Católica de Valencia, estudia biomarcadores para facilitar el tratamiento de la fibromialgia y la encefalomielitis miálgica / síndrome de fatiga crónica (EM/SFC)


Elisa J. Oltra en el laboratorio de la UCV | Imagen cedida
Elisa J. Oltra en el laboratorio de la UCV | Imagen cedida

Elisa Oltra (Castellón) es licenciada en Bioquímica por la Universidad de Valencia y doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. Después de pasar más de 15 años en Miami, en 2009, se incorporó a la Universidad Católica de Valencia (UCV), donde ejerce como docente y lidera el grupo de Investigación Expresión Génica e Inmunidad. Pese a su desconocimiento sobre la fibromialgia en 2009, Elisa ahora lidera el grupo que estudia esta enfermedad en la UCV. Una de sus principales líneas de investigación es la identificación de biomarcadores con potencial terapéutico para la fibromialgia, la encefalomielitis miálgica / síndrome de fatiga crónica (EM/SFC) y, desde la pandemia, la COVID persistente. De entre los diferentes frentes abiertos que tiene este grupo de investigación en su búsqueda, uno de ellos está relacionado con los retrovirus endógenos.


La fibromialgia (FM) es una enfermedad que se define como una afección crónica que causa dolor generalizado y fatiga. Síntomas que también padecen los enfermos de EM/SFC y los de la COVID persistente. ¿Es este uno de los motivos por los que el diagnóstico de la fibromialgia es muy difícil?


Respuesta: Sí. De hecho, según el índice de clasificación de las enfermedades que en inglés es ICD (International Classification of Disease), cada una de estas enfermedades tiene un número de identificación diferente. Sin embargo, el problema viene cuando los parámetros de las pruebas para diagnosticar la enfermedad no están claros del todo. Pues, como bien has dicho, los síntomas son solapantes en muchos pacientes.


Esos criterios clínicos fueron establecidos por la Escuela Americana de Reumatología en 1990 y revisados posteriormente en 2010 y en 2016. Desde sus inicios hasta ahora han ido evolucionando para intentar mejorar el diagnóstico. Con respecto a los casos que se seleccionan para investigación insistimos mucho en que los especialistas clínicos apliquen estos criterios clínicos establecidos para la práctica médica a nivel mundial y proporcionen un historial médico lo más completo posible.


P: Estos criterios, ¿en qué se basan?


R: No soy médico, pero me consta que se basan en un descarte inicial de otras enfermedades y de ciertas exploraciones clínicas adicionales. Al tratarse de una enfermedad cuyo principal síntoma es el dolor, o el cansancio, en el caso de la encefalomielitis miálgica , encontrar un marcador, o un motivo que justifique estos síntomas descarta que se trate de fibromialgia o de encefalomielitis miálgica.


Por otro lado, uno de los principales objetivos de los criterios clínicos ha sido eliminar o reducir la connotación subjetiva de las exploraciones diagnósticas. Porque en muchos casos se utilizan escalas de fatiga, escalas de dolor. Y puede que cada enfermo tenga una opinión distinta. Lo que a mí me duele muchísimo, otra persona puede decir que ‘no es para tanto’. O alguien puede decir que sufre dolor frecuentemente, refiriéndose a dos días a la semana, mientras que para otra persona su frecuentemente significa que no se puede levantar nunca sin ayuda. Existen cuestionarios validados que permiten al clínico estandarizar hasta cierto punto la valoración de los síntomas del paciente


P: ¿Puede ponernos un ejemplo de uno de estos marcadores que descartan la FM?


R: Un ejemplo sería la anemia. Imaginemos que viene un paciente con cansancio prolongado en el tiempo. Hablamos de, por ejemplo, seis meses. Se le hace un análisis y vemos que tiene un número de glóbulos rojos menor del necesario; es decir, se transporta menos oxígeno del requerido a todas las células del cuerpo y la persona está más cansada de lo habitual. Esta explicación o justificación descarta que este paciente tenga encefalomielitis miálgica o fibromialgia.


“Los criterios clínicos han buscado reducir la connotación subjetiva de las exploraciones"


P: Respecto a lo que ha comentado de la connotación subjetiva de algunas pruebas que se realizan para obtener un diagnóstico, entendemos que habrá síntomas que sean más claves que otros. En el caso de la fibromialgia, ¿hay alguno?

R: Para fibromialgia el síntoma que podríamos considerar clave es la hipersensibilidad al dolor inducido por presión, conocido como alodinia o hiperalgesia. En los criterios de 1990 la valoración de esta hipersensibilidad se realizaba en 18 localizaciones anatómicas, frecuentemente cerca de articulaciones. Pero en las revisiones de los criterios clínicos, debido a su complejidad para los médicos y a la incomodidad para los pacientes, ha sido reemplazado por una valoración de hipersensibilidad general.


La encefalomielitis miálgica se diferencia también porque su síntoma clave es la fatiga exacerbada por el esfuerzo, que se conoce como PEM por sus siglas en inglés (Post Exertional Malaise). Esto quiere decir que una actividad física mínima, como puede ser desplazarse dentro de casa, produce agotamiento en el individuo que la sufre.

Cabe destacar que todas estas pruebas consumen mucho tiempo ya que requieren una exploración detallada del paciente, y a veces, en los ambulatorios y demás, no se dispone de ese tiempo. Ese es uno de los problemas de estas enfermedades: que la exploración es bastante compleja y básicamente sirve para proporcionar remedios paliativos al paciente, sin sanarle.


P: ¿Es posible encontrar un paciente que tenga fibromialgia y encefalomielitis miálgica?

R: Te puedo decir que más del 50% de los pacientes en nuestras colecciones, son diagnosticados de lo que le llamamos comorbilidad. Es decir, cumplen los criterios asociados a ambas enfermedades. De hecho, yo creo que, con nuestras investigaciones, a medida que vayamos conociendo diferentes marcadores, vamos a descubrir que no son dos enfermedades, sino que van a ser posiblemente muchas más actualmente etiquetadas con uno u otro síntoma dependiendo del síntoma preponderante entre fatiga y dolor, así como, en ocasiones, de la experiencia del facultativo con unos u otros criterios clínicos.

P: Los marcadores a los que se refiere, ¿son secuencias de ADN, proteínas o qué son?

R: En este caso, nuestros marcadores son secuencias de nuestro genoma -conjunto de material genético del ADN de los cromosomas y de las mitocondrias-. Secuencias que se han ido incorporando en nuestra línea germinal a lo largo de la evolución humana mediante infecciones. Son secuencias que se transmiten a la descendencia. Entre esas secuencias, que son casi la mitad de nuestro genoma, un 8% de todo ese genoma son lo que se llaman retrovirus endógenos humanos. En otras palabras, nosotros buscamos los marcadores entre los retrovirus endógenos, secuencias virales que están como ‘dormidas’ dentro de nuestro genoma y que el ambiente, infecciones, toxinas o un estilo de vida pueden activar o “despertar”.


Oltra considera que uno de los problemas de la Fibromialgia es la complejidad de la exploración


P: ¿Todas esas secuencias retrovirales se activan? ¿Todas sintetizan proteínas?

R: No, las secuencias que codifican proteínas se estiman solo en un 2% del genoma. Sobre los retrovirales endógenos sabemos que pueden llegar a producir partículas virales. Cuando se activan, producen en la persona un estado parecido al que genera una infección por virus, tal como las conocemos. Es decir, se presentan síntomas de infección, como fiebre, dolor y cansancio, pero las analíticas de infección aguda son negativas.

Para que se exprese un gen desde el ADN de nuestras células, debe transcribirse. Es decir, debe copiarse a ARN que sirve de molde para que una proteína se sintetice. Nosotros lo que hacemos es estudiar cuál es el perfil de estos transcritos, que deben darnos información sobre qué proteínas se van a expresar (activar). Digamos que esas secuencias transcritas nos interesan ya que en muchos casos informan sobre qué proteínas tóxicas, estén o no presentes, nos aportan un panorama más completo de lo que está ocurriendo en la sangre del paciente.

P: Sobre los otros frentes que tiene abiertos su grupo de investigación, ¿qué puede comentar?


P: Aunque usted no esté en la parte clínica con los pacientes, ¿cree que se sienten acompañados durante su enfermedad?

R: Es verdad que muchos enfermos y sus familiares, que tienen un rol muy importante, no saben qué ocurre y agradecen enormemente que les informemos periódicamente sobre posibles avances. Es por esto que, desde la UCV, contamos con una jornada anual gratuita de información al paciente. En estas sesiones en las que establecemos contacto directo con el paciente hemos oído decir con frecuencia: “Me siento muerto en vida, no tengo vida social, he dejado de ser yo mismo, ya no puedo hacer ni la mitad de la mitad de lo que acostumbraba a hacer”. Pero estamos convencidos de que los avances a los que estamos llegando supondrán una mejora considerable. Es muy importante tener eso en cuenta y no perder la fe en la ciencia.

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Asociaciones a las que recurrir en caso de duda o para más información:


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